lunes, 23 de junio de 2008

“Miembra” como forma femenina de “miembro” (opinión de Pancracio Celdrán)

Sábado 21 de junio de 2008.
RNE 1 (no es un día cualquiera)
4ª hora (11.00 a 12.00), minutos 11.37 a 14.15
Pancracio Celdrán

“Miembra” como forma femenina de “miembro” (opinión de Pancracio Celdrán)

“Uno de los errores más arraigados en el ámbito de los hablantes es la cuestión del género de las cosas, y se olvida a menudo que el género es una categoría gramatical, que en castellano actúa por oposición “masculino – femenino”; la confusión estriba en creer que el género gramatical es inherente al sexo de la cosa nombrada, y eso no es así, como sabemos todos.
Vayamos al principio; en latín el concepto de “genus hominum” alude al género humano, sin distinción de sexo; el término “homo” aludía a la criatura humana y no distinguía entre “hombre” y “mujer”, sino que se refería únicamente a la persona; “homo” en latín no significa “hombre”, significa “persona”.
No se trata de que el masculino englobe al femenino, sino que el concepto de género se diluye a favor de un valor semántico referido a la totalidad, no es cuestión de sexismo del idioma, sino un uso heredado del latín, que a su vez lo heredó del griego, y así, quien escribe o dice “españoles” y “españolas” cae en incorrección, y si tal cosa es grave, mucho más lo es decir “jóvenes” y “jovenas”, “miembros” y “miembras”.
En cuanto a “miembro”, es una voz latina del género neutro, es decir, que “miembro” no es ni masculino ni femenino en latín; “membrum” es el singular de “membra”, y “membra” es el plural de “membrum”; pero realmente no es ni femenino ni masculino, es neutro.
En castellano, en leonés antiguo, se decía “niembro” y también era una cosa neutra, no se refería ni al hombre ni a la mujer. En uso desde los orígenes del idioma, está esta palabra, y nunca ha habido problema con ella.
Tirso de Molina la emplea con el sentido indeterminado que aquí le damos y también se llamó miembro, pues, a una serie de cosas distintas. Y escribe Bretón de los Herreros “porque mi señora es miembro de aquesta corporación”, es decir, en la primera mitad del siglo XVIII, eso estaba ya muy claro; es claro que en estos casos “miembro” no alude al hombre, prescinde de conceptos relacionados con el sexo de la cosa y remite únicamente a una realidad material o social.
Por eso resulta reprobable que la Academia, que ahora se rasga las vestiduras con la ocurrencia de la Ministro de Igualdad, haya colaborado en esa serie de solecismos admitiendo el término “modisto”: la persona que se dedicaba a su seguimiento se llamó “modista” (seguimiento de las modas, verdad), y nunca “modisto”, decir “modisto” es tan disparatado como decir “miembra”.
La ignorancia de estos usos, el olvido de la conciencia etimológica, hace que caigamos en disputas vanas, propiciadas por cierta hipersensibilidad feminista que nos hace ver peligros por todas partes. Pero aquí dejamos las cosas.”

Tomado de la web de RNE, el lunes 23-06-2008.

URL:
http://www.rtve.es/FRONT_PROGRAMAS?go=111b735a516af85ccdc4135d9df82c2e123009d61eb00f778b60af793b191c31a6f223a78f8f7d22401f1b35bf7dc6490325a152fa6a9b3c019e981745737111ea4d49b0c3f9689720e73c1c504a8a79a0e01e46714e041e