miércoles, 2 de julio de 2008

Carta de despedida de María San Gil a los afiliados del P.P. vasco (30-06-08)

Ante la celebración del Congreso del Partido Popular del País Vasco que tendrá lugar los próximos días 11 y 12 de julio, quiero confirmarte mi decisión de no volver a optar a la Presidencia. En estos cuatro últimos años estamos asistiendo a una operación, orquestada por el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero en connivencia con los nacionalistas, en la que impera el relativismo y que consiste en transformar política y socialmente nuestro país. Este proyecto de España contempla, entre otras cosas, la dispersión de la idea nacional que permite a los nacionalistas vascos seguir avanzando hacia la autodeterminación, además de la marginación del Partido Popular disimulada con buenas palabras.
En mi opinión, la acción política del Partido Popular ante esta situación debería estar dirigida a una oposición frontal a un proyecto que choca en lo esencial con nuestro proyecto de España, una gran nación de ciudadanos libres e iguales de la que sentirnos orgullosos.
Sin embargo, a lo largo de los últimos meses, y especialmente a través del desarrollo del último Congreso de Valencia, he podido confirmar que la Dirección Nacional del partido tiene una visión completamente distinta de la mía en relación con la situación política y social y con la manera de enfrentarse a ella. A esta nueva estrategia se ha sumado una parte mayoritaria de los dirigentes vascos.
Una vez manifestada mi desconfianza en Mariano Rajoy y comprobado que yo a mi vez no respondo a la confianza de la dirección del PP vasco, creo que lo más honrado, con el partido y conmigo misma, es apartarme de la vida política.
No quiero despedirme sin decirte que ha sido para mí un privilegio enorme presidir durante cuatro años el PP vasco, formado por los mejores hombres y mujeres de nuestra sociedad, y quiero manifestarte mi profundo agradecimiento por el apoyo y el respaldo que durante este tiempo he recibido, sin el cual todo mi trabajo hubiera sido imposible.
Un abrazo fortísimo.
María San Gil (fuente: El Correo (01-07-2008)